En el momento en que todo se
derrumba
Existió un tiempo en que la
autoridad no era una mercancía en oferta.
Existió un tiempo en que los
hombres atendían a sus maestros.
Existió un tiempo en que aprender
un oficio era posible.
Madrid cuenta con innumerables
lugares con una historia oculta, la actual capital de España fue lugar singular
desde mucho antes de la llegada de Roma a la península, su natural enclave
protegido sobre una vega fecunda señaló al solar de Madrid como espacio de rito
y símbolo desde que el hombre lo habitó.
CIBELES EN EL SALON DEL PRADO
VER:
El Callao Sagrado de Madrid
Un Callao sumergido en agua fue el más antiguo emblema de la villa de Madrid
Durante el reinado de Carlos III
se ejecutaron las nuevas trazas urbanas de Madrid. El Salón del Prado se
convirtió en el eje urbano, el nuevo cardo de la ciudad, y la fuente de la
Cibeles, la representación de la Magna Mater, el simbólico emblema de la
original fundadora de la urbe: la “Señora del muro”, así significa “Señora de
la Almudena”
LOS TRES EMPLAZAMIENTOS
El Salón del Prado fue ordenado
urbanísticamente por José de Hermosilla, el cual diseñó una planta
longitudinal, con grandes fuentes que marcaban el nuevo eje (Cibeles, Apolo y Neptuno). Las fuentes y los elementos
decorativos fueron proyectados por Ventura Rodríguez, trabajando en las
esculturas los más reconocidos escultores del momento.
PLANOS DEL SALON DEL PRADO
Tanto el rey Carlos III, como sus
colaboradores más cercanos, el Conde de Aranda, José de Hermosilla y Ventura Rodríguez eran sabedores de
conocimientos antiguos y de los ritos precisos para establecer el ordenamiento
de una ciudad llamada a ser la capital de un imperio.
Como estudiosos del mundo
antiguo, de los conocimientos de los "Collegia fabrorum" romanos y de sus
secretos, no solo se encargaron de hacer presentes en la ciudad refundada a la
tríada de Cibeles, Apolo y Neptuno, tres divinidades paganas con un simbolismo
preciso en la protección de la ciudad presentes en las obras de urbanización
ejecutadas por Augusto y Agrippa durante su gobierno del imperio en las
fundaciones urbanas que realizaron.
Además de la tríada fundacional
representadas en las fuentes del Salón del Prado la nueva ordenación de Madrid
tenía que tener como lugar principal según el rito antiguo el lugar dedicado al
dios Jano. Debía de erigirse el Templo de Jano en Madrid.
El templo de Jano Quirino en la
Roma del Imperio estaba situado cercano a la Curia, en la calle Argiletum, en
una zona importante que unía el Foro y las áreas residenciales en el noreste.
Era un templo pequeño, realizado en madera, características que sugieren que el
culto era de origen antiguo.
MONEDA DE JANO
El Dios Jano Quirino y Rómulo que
se divinizó en él son los fundadores mitológicos de la ciudad de Roma.
Existía una raíz común para los
términos quirites, curia y quirinus; la raíz co-virio que significa
colectividad, conjunto de individuos o personas y por extensión ciudad. Fue
Rómulo el creador de las curias como estamento principal de la organización
social de los romanos, función que cumple el dios Jano Quirino como protector
de los habitantes de las ciudades. Quirites era el nombre que se les daba a los
ciudadanos romanos en su calidad de no soldados en tiempos de paz.
Quirino vela por los ciudadanos.
Era honrado en la antigua colina del Quirinal, la mas alta de las siete de la
ciudad de Roma, mediante unas fiestas llamadas Quirina.
Jano-Quirino es el dios de las
ciencias, la astronomía, la arquitectura, la medicina y en su honor se
celebraban en Roma las dos fiestas solsticiales correspondientes a la apertura
de las dos mitades: ascendente y descendente, del ciclo zodiacal; es decir, a
los puntos del año que, en el simbolismo astronómico, representan las puertas
de las vías celestial e infernal (Janua Coeli y Janua Inferni). Jano se
presenta con dos llaves, una de oro y otra de plata, llaves de ambas puertas
solsticiales y también, respectivamente, la de los “grandes misterios” y la de
los “pequeños misterios”.
En el curso de su tratado sobre
los Fastos, Ovidio hace decir a Jano: "me penes est unum vasti custodia
mundi". Lo caracteriza como, aquél que, él sólo, custodia el universo.
Jano posee una relación especial con el universo, centrada sobre el
mantenimiento de la armonía cósmica y sobre los ritmos que la expresan.
El dios Quirino y Rómulo, que se
divinizó en él, son los fundadores mitológicos de la ciudad de Roma. Su rito
regía la fundación de las ciudades etruscas y romanas.
Los Pontífices, era el colegio
sacerdotal sobre el que giraba el culto romano. Vigilaban de la correcta
ejecución de los templos y lugares sagrados, por los integrantes de los "Collegia fabrorum"; de los cultos en ellos practicados e incluso de las ofrendas
en ellos presentadas, y, a ellos, se les confiaba especialmente la custodia del
templo de Jano-Quirino.
Los Pontífices elegían entre
ellos al "Pontifex Maximus". Era un cargo vitalicio y estaba
considerado como el auténtico jefe de la religión en Roma: controlaba todos los
demás colegios sacerdotales y por ello también el Colegio de los Arquitectos.
El Pontífice Máximo celebraba el
"agonium" del 9 de enero, la fiesta propia del dios Jano: "Janus
Agonali luce piandus erit". En tal período el "rex sacrorum" sacrificaba un
carnero negro, en la Regia, el edifico del Foro. Los romanos regalaban al dios
pasteles en forma de rueda, el clásico roscón como anillo del tiempo, como
deseo de un buen ciclo anual.(el actual roscón de Reyes).
TEMPLO DE JANO EN ROMA
El templo de Jano, debido a las
características mistéricas de su culto, se respetaba como lugar de iniciación y
conocimiento para sus devotos. El dios era el protector de los astrónomos, los
médicos y de los arquitectos, practicantes de disciplinas que, en la tradición,
han estado ligadas y comparten un carácter iniciático. En la antigüedad no
existía la diferenciación académica moderna entre los tres oficios. Según el
conocimiento antiguo los arquitectos eran al mismo tiempo astrónomos y médicos,
y por ello Jano era el protector de las tres disciplinas.
SAN SEBASTIAN DE MADRID
Templo de Jano en Madrid
Al igual que Cibeles y Apolo eran
los dioses protectores del Emperador Augusto, y por ello su palacio se
emplazaba en la colina del Palatino entre los templos antiguos de ambos dioses,
Cibeles como madre a su derecha y Apolo como padre a la izquierda.
Y siendo Neptuno la evocación
misma de su colega y arquitecto del imperio Marco Agrippa, así representado en
innumerables elementos de la antigüedad.
AUGUSTO Y AGRIPA COMO REPRESENTACION DE JANO
Es el propio Augusto quién
muestra en su propia autobiografía ser devoto del dios Jano, el se sentía como
la misma reencarnación del dios, al igual que Rómulo. La encarnación de Jano y
Rómulo, el refundador de Roma.
Augusto alcanzó el titulo de
Pontífice Máximo, por lo que el culto de Jano y la celebración del "agonium" del 9 de enero,
dependía directamente de él.
El culto a San Sebastián guarda
un simbolismo complejo que solo los iniciados en los misterios de la antigüedad
pueden alcanzar. Sebastos es la propia representación de Augusto y de un rito
muy extendido en Europa durante el impero.
Iglesia de San Sebastián
La Iglesia de San Sebastián es
una de las iglesias más céntricas de Madrid, situada en la calle de Atocha, en
su origen era de un pequeño templo que se encontraba extramuros de la villa en
el camino que conducía hasta el Santuario de Nuestra Señora de Atocha, y sobre el
que ya se tiene noticia en el siglo XVI. Son los lugares dedicados a San
Sebastián lugares de devoción importante en las ciudades de la edad media.
SAN SEBASTIAN EN MADRID
Hacia 1550 el primitivo edificio
es demolido por amenazar ruina. Se compra en 1553 el actual solar de la calle
Atocha, y de 1554 a 1575 es levantado el edificio bajo la dirección de Antonio
Sillero, arquitecto y hermano del igual famoso arquitecto madrileño Diego
Sillero. Una saga de técnicos que conocen muchos de los secretos antiguos de la
ciudad y que trabajan en importantes obras de la transformación de la villa de
Madrid durante el siglo XVI.
Esta iglesia de San Sebastian
posee el derecho de asilo, es decir, en ella se podían refugiar quienes temían
la persecución de la justicia. Su privilegio da señal de su destacado juego en
la configuración del Madrid de aquella época.
En este momento el templo ya
recibía una consideración especial por los integrantes de diferentes gremios:
arquitectos, literatos, artistas, cómicos celebraban ritos de bautizos, bodas y
funerales. En la trasera contaba con un pequeño cementerio, donde fueron
enterrados personajes destacados de la historia de España.
Cúpula de la capilla de Belén.
En el siglo XVIII, mientras se
estaba ejecutando la transformación urbana que podría ser considerada como
la refundación de la capital del estado español, los mismos artífices y autores
de las obras reseñadas llevaban a cabo una de mucho menor tamaño pero no menor
importancia en el templo de San Sebastián. Se trató de la construcción de la
capilla de Belén o de los Arquitectos, diseñada por Ventura Rodríguez en 1784.
Construida inicialmente en 1693
por Francisco Moreno como maestro en obras, fue remodelada por Ventura
Rodríguez entre 1766-1768. La capilla se
encuentra a la derecha de la entrada por la calle Atocha y protegida por una
reja acristalada.
CUPULA DE LA CAPILLA DE LOS ARQUITECTOS
En la cripta se ha encontrado la
lápida original de mármol negro que dice: «Aquí yace D.Juan de Villanueva,
Arquitecto maior del Rei, y de la villa de Madrid, e intendente de Provincia.
Falleció en 22 de agosto de 1811 a los 72 años de su edad. R.Y.P.».De Juan de
Villanueva, considerado el arquitecto que cambió Madrid, fue el autor del Museo
del Prado, el Real Observatorio Astronómico y la Academia de Historia, entre
muchas otras obras.
Ambos arquitectos cambiaron el
aspecto de Madrid, su obra haría realidad el sueño de Carlos III: que Madrid
dejara de ser visto como un pueblo pequeño para convertirse en una ciudad
vanguardista y monumental.
La cripta de los Arquitectos
también alberga una lápida histórica con la leyenda «Aquí yacen las víctimas
del 2 de mayo de 1808. Feligreses que eran de esta parroquia».
Durante la Guerra Civil Española
el templo es saqueado al poco de su comienzo, para ser destruida en la noche
del 19 al 20 de noviembre de 1936 por una bomba de la aviación franquista. Al
finalizar la contienda fue restaurada por Francisco Íñiguez Almech entre 1943 y
1959, cambiando este arquitecto la orientación del edificio y dejando la
antigua torre, que fue una de las más altas de Madrid, tristemente inacabada.
La historia oculta de la capilla
En el año 1678 se organiza en
Madrid la Congregación o Gremio de Arquitectos y Maestros de Obras, estos
celebraban desde la antigüedad su festividad el día 9 de enero, festividad
propia del dios Jano desde tiempos anteriores al imperio romano. Y al coincidir
ese día de origen pagano con la festividad cristiana de Nuestra Señora de Belén
en su huída a Egipto se convirtió en la apariencia perfecta para la celebración
gremial.
Nadie puede aventurar la relación
entre esa festividad tan singular y los oficios que celebran su día patronal.
Los conocimientos de los gremios de los constructores son antiguos, de igual
forma que sus días de celebración.
20 de junio de 1692, la
Congregación toma posesión de la
Capilla de la Misericordia, sita en la Parroquial de San Sebastián. La elección
de este lugar da cuerpo material de algo que ya era una tradición del propio
oficio de los constructores y arquitectos en la ciudad de Madrid.
En 1693 se toma acuerdo para la
construcción de una capilla propia y sala de juntas aprovechando la vieja
Sacristía de la Parroquia de San Sebastián.
"El sitio que los Sres. Maestros
Arquitectos piden para hacer la Capilla es treinta y nueve pies de ancho que es
la Sacristía y Zaguán de la casa y un pedazo de la Lonja que hacen los treinta
y nueve pies de ancho por cincuenta de largo que hay hasta la calle que hacen
pies superficiales: mil novecientos y cincuenta que a veintidós reales cada pie
importan cuarenta y dos mil y novecientos reales que junto con los treinta mil
y cincuenta y tres reales de la fábrica suman y montan setenta y dos mil
novecientos y cincuenta y tres reales. Empiezan las obras en Octubre de ese
mismo año."
El día 15 de Septiembre de 1697
se realiza el solemne traslado a la recién terminada Capilla, de las imágenes
de Ntra. Sra. de Belén, San José, San Vicente Ferrer, y San Antonio Abad.
Asisten SS. MM. y firman en el Libro de la Real Congregación.
En 1749 es convertida en Colegio
de Arquitectos, elabora las Ordenanzas para las Obras y Edificios del Reino. La
Congregación queda con la potestad exclusiva para examinar y otorgar los
títulos de Arquitecto, estableciendo las disciplinas y conocimientos
necesarios.
Es este el momento más destacado
de su singular historia, se recupera para el lugar de Jano la potestad de
otorgar los títulos de Arquitecto por los propios maestros de la Congregación
con Sede en su lugar sagrado.
Esta situación se trastoca en
1757 cuando la Academia de Nobles Artes de San Fernando adquiere en exclusiva
la competencia para la concesión de títulos de Arquitecto.
En 1764 Ventura Rodríguez es
nombrado Hermano Mayor de la Congregación y entre 1766 y 1768 proyecta un nuevo
edificio que es acabado por Blas Beltrán Rodríguez.
El templo presenta planta de cruz
griega y se encuentra cubierta por una cúpula de tamaño mediano sobre pechinas.
Su muro cabecero linda con la misma calle de Atocha.
Desde entonces este lugar
adquiere la monumentalidad propia del simbolismo que guarda, la cúpula de la
capilla acoge cada 9 de enero a los miembros del Colegio de Arquitectos que
honran a los compañeros muertos durante los últimos doce meses y recuerda, en
el momento en que todo se derrumba, que existió un tiempo en que la autoridad
no era una mercancía en oferta, que existió un tiempo en que los hombres
atendían a sus maestros, y que existió un tiempo en que aprender un oficio era
posible.
CAPILLA DE LOS ARQUITECTOS EN SU FACHADA DE ATOCHA
© Carlos Sánchez-Montaña. 2013
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