20.4.09

Las puertas del Panteón de Roma



Estas puertas son traspasadas cada día por una multitud.

En la antigüedad muy pocos eran los que obtenían permiso para adentrarse en el interior del "Panteón", el lugar donde residían todos los dioses del cielo. El lugar donde residía el conocimiento absoluto.

Este espacio estaba bajo la protección de sus puertas de bronce, su interior se construía con la suma del conocimiento de los dioses del Panteón. Los elegidos alcanzaban el centro de su nave donde recibían la "iluminación" del "oculus" central.

El "oculus" domina el espacio interior y es la única fuente de luz de todo el edificio, representa admirablemente el sol durante el día y la luna durante la noche. La luz de ambos, la de la luna como reflejo solar, domina todo el espacio y lo recorre de manera cíclica. No olvidemos que el edificio se encuentra orientado a norte, permitiendo a través de un monumental gnomon (término que en griego significa "el que sabe") observar la mecánica del cosmos.

Durante el solsticio de verano, a la hora del medio día, la proyección del disco solar se presentaba con una deslumbrante presencia en la entrada del templo (que permanecía en sombra) y proviniendo desde el interior del edificio. Esta sorprendente presencia en el centro del pronaos se materializaba entre las imágenes de Augusto y Agripa, y presentaba una interesada escenografía de recuerdos antiguos frente a la multitud que permanecía en el exterior.

El disco solar acompañaba en sus representaciones a los faraones en Egipto, y también a los dirigentes del imperio en su gobierno.

El templo era 'la casa de los dioses', el lugar donde la divinidad vivía físicamente. Un espacio puro, concebido para acomodar y proteger al dios. Una representación a escala del Universo, tal y como fue creado el primer día del mundo.

© Carlos Sánchez-Montaña

Ver:
El Panteón de Roma

Panteón de Roma, proyecto y ladrillos


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