Ejercicio de como ser técnico en urbanismo y a la vez ser
bien comprendido.
"Las palabras encierran dentro de sí la memoria de sí mismas. Acuñadas como las monedas, guardan en el jeroglífico de su figura la historia y el relato de todo cuanto pueden evocar y sugerir..."
"Las palabras encierran dentro de sí la memoria de sí mismas. Acuñadas como las monedas, guardan en el jeroglífico de su figura la historia y el relato de todo cuanto pueden evocar y sugerir..."
Eugenio Trías
No trato de escandalizar al lector con términos provocadores, al contrario, esta nota busca recuperar la memoria de algo perdido.
Establece la Real Academia Española de la lengua la siguiente equivalencia:
"mandar a alguien al cipote"
1.loc. verb. coloq. Ven. "mandar al carajo".
Donde "cipote"
De cipo.
1. m. Mojón de piedra.
2. m. Hombre torpe, zonzo, bobo.
3. m. Hombre grueso, rechoncho.
4. m. cachiporra (? palo).
5. m. Palillo del tambor.
6. m. vulg. miembro viril.
Y "carajo, ja"
De or. inc.
1. m. malson. miembro viril.
Es conocido por casi todo el mundo que utiliza la lengua castellana, gallega o portuguesa que los términos "cipote" y "carajo", "carallo" y "caralho" sirven para mencionar al miembro viril, en general el de los individuos macho de las distintas especies mamíferas.
Desde hace muchos siglos la tradición literaria menciona a carajos y cipotes para el prohibido deleite de algunas mentes humanas. Lo que desconoce la mayoría de los hablantes es el origen técnico y simbólico de ambos términos, y que como en tantas formas de nuestra cultura olvidada, el significado original ha sido subvertido por acción e interés de algunos.
CARAJO - CARALLO - CARALHO - CARALL
Cara: Del celta *caliavo, der. de *kal-, piedra..
Coromines lo documenta desde la primera mitad del siglo XV,
en el Cancionero de Baena, a su juicio, es un hipotético étimo prerromano *kar
("piedra").
Leo Spitzer ofrece como alternativa un hipotético vocablo
íbero-latino *characulum, diminutivo del bien documentado charax ("estaca
petrea" "castillo").
Carajo - Piedra alargada
Los estudiosos no se han puesto de acuerdo del sentido etimológico del término "carajo", aunque existen certezas unánimes sobre su "carácter" pétreo.
Un carajo describía desde la lengua celta una piedra similar
a un "menhir"
Del fr. menhir, y este del bretón menhir, de men 'piedra' y
hir 'larga'.
1. m. Monumento megalítico que consiste en una piedra alargada colocada verticalmente en el suelo, según la Real Academia Española
1. m. Monumento megalítico que consiste en una piedra alargada colocada verticalmente en el suelo, según la Real Academia Española
Por otra parte y según la propia Academia.
CIPOTE
CIPOTE
De cipo.1. m. Mojón de piedra.
El origen etimológico procede de la palabra latina
"cippus" cipo. ..(piedra, poste, pilar) que proviene de la lengua
siria "cip" y "cipa": (piedra).
CIPO ROMANO
El "cipus" era en el imperio romano la piedra
monolítica que delimitaba el área urbana del área rural.
Eran cuatro "cipus" los principales, uno en cada
esquina del pomerium perimetral y recibían
el nombre de los "cippi pomoerii", delimitando el territorio
de la urbs (dominio de los ciudadanos) del ager (dominio de agricultores y
soldados).
El pomerium no era una muralla, sino que se trataba de una
línea imaginaria, definida legal y religiosamente y marcada con cuatro mojones
de piedra en sus vértices: los "cipus".
En la ciudad de Lugo se han encontrado tres de estos "cipus",
uno de ellos en su estado completo. Y son varias las evidencias arqueológicas
de estas piedras fundacionales de las urbes romanas de Europa.
CIPO FUNDACIONAL DE LUCUS AGUSTI
En una primera conclusión, y si nos atenemos a las
etimologías de ambos términos, tanto un carajo como un cipote son piedras
erguidas que se hincan en la tierra como señal simbólica.
Son el carajo, como estaca pétrea, y el cipote, que en
conjunto de cuatro simbolizaban los límites de la ciudad, elementos de origen
urbano, frente al término menhir que tiene carácter agreste.
Les distingue solo su origen etimológico: el
"carajo" es de origen celta, el "cipote" sirio-latino, y el
"menhir" bretón, pero los tres tienen un mismo significado: "piedra
erguida sobre la tierra", los dos primeros relacionados con la ciudad y el tercero
con el territorio abierto.
MENHIR
Hoy todo el mundo globalizado utiliza el término
"menhir" en su sentido original, y sin embargo sus compañeros en
castellano, gallego o portugués han sido subvertidos.Propongo recuperar su original y compartida "etimología urbana".
¡Vete al carajo!
"fam. Expresión que sirve para rechazar a una persona con enfado y disgusto."
Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.
Si consultamos el diccionario de la Real Academia Española podemos comprobar como ofrece un valor equivalente para ambos términos, y señalando que "mandar a alguien al cipote" es similar a "mandarlo al carajo".
Propongo que ambas frases encierran en si mismas el
verdadero origen de ambos términos, un significado “técnico” que ha permanecido
en la memoria popular de los pueblos de Hispania sin ser reconocido por los
hablantes: "Mandar a alguien al "rincón".
VETE AL RINCÓN
Es común que en las aulas de infantil, independientemente
de la época histórica o del programa escolar, que cuando un alumno se salta la
disciplina o pierde la compostura, el maestr@ lo envía a un rincón del aula
para que se tranquilice y recapacite sobre su comportamiento guardando
silencio.
Se le enviaba al rincón, a la esquina del aula.
Es mi parecer que los dichos "vete al carajo" y
"vete al cipote" encierran el
mismo significado que el de "vete al rincón", ya que ambos términos designaban en la antigüedad a las cuatro piedras verticales sobre el terreno que
delimitaban la ciudad en sus cuatro esquinas.
Y que cuando alguien se "pone muy pesado", al igual
que un infante en la escuela, se le envía al carajo-cipote para que deje de
molestar.
Se le envía literalmente a la esquina de la ciudad, a uno de
los cuatro rincones de la antigua configuración urbana teórica, para que medite
y guarde silencio.
Ya que son el carajo y el cipote elementos simbólicos
que determinaban los límites de la ciudad y como tales elementos urbanos.
CIPOS ROMANOS
"Quinto carajo"
"en el quinto carajo; [loc. adv.] (col.) (pf). Muy
lejos, muy distante."
Abundando en las conclusiones anteriores la frase hecha para
mandar a alguien al "quinto carajo"
encierra el lugar mas alejado y distante posible, y eso es así ya que
los carajos urbanos eran cuatro y el quinto no existía. Nombrar al "quinto
carajo" significa señalar un lugar fuera del territorio urbano.
Es el "quinto carajo" un lugar extramuros e imaginario. El
lugar mas alejado posible de quién lo nombra.
Para finalizar, justifico este artículo y las palabras "mal
sonantes" en él utilizadas de forma abundante, con la única finalidad de
recuperar elementos que en otro tiempo fueron propios de mi oficio, y que hoy
pocos recuerdan.
CIPO FUNDACIONAL DE LUCUS AGUSTI
Es muy evidente la trasmutación del significado original de los términos
en el de carácter sexual, la morfología de las piedras erectas son fácil
representación del poder masculino, pero no deja de sorprender como el término
bretón “menhir” ha permanecido inalterable en su significado, y como en el
territorio hispano los símbolos antiguos han sido subvertidos de forma obscena en las lenguas romances peninsulares.
© Carlos Sánchez-Montaña. 2016
Hola Carlos, se agradece poder leer de nuevo estas entradas tan interesantes y sugestivas que nos ofreces desde Occidente.
ResponderEliminarSupongo que ya debes conocer un par de relaciones etimológicas y antropológicas de Catalunya que refuerzan tus comentarios de hoy, pero por si acaso las menciono...
En Barcelona era habitual hasta no hace mucho tiempo, la expresión "ves-te'n a la quinta forca" (ves a la quinta horca) que según dicen se podría corresponder con una de las zonas de ajusticiamento que se situavan en las afueras de la Barcelona medieval, concretamente la más alejada; en el Turó de Finestrelles (actual Nudo de la Trinidad). También podría ajustarse con tu argumento similar de "vete al quinto carajo".
El segundo punto interesante a destacar es la referencia topográfica del "Cavall Bernat", de Montserrat. La leyenda del Cavall Bernat esconde la antigua adoración pagana al gran "carall trempat" (carajo erguido); una gran aguja de piedra que destaca en el relieve monserratino. En algún momento me había planteado dedicarle una entrada en mi blog y creo que lo has propiciado, la iniciaré comentando tu entrada.
Un saludo desde Barcelona
Manel.
EliminarMuchas gracias por tus interesantes notas al pié. Son de un significado valor y refuerzan algún convencimiento que tengo sobre la similitud entre el oriente y occidente hispano. Espero tu nueva entrada. Saludos.
Muchísimas gracias '!!!
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